martes, 26 de noviembre de 2013

Variaciones en el reverso de un video experimental

 


 
I
 
Hay un mar de gusanos devorando sus cabezas abstractas, de nuevo la forma de mi cerebro es un tono azulado de fotografías gastadas. Pinceladas del absurdo formando tonalidades de sombras, como un sueño inacabado. La confusión que se cierne sobre los párpados, la ampliación de tus manos, el gesto vacío tejido en los huesos. No recuerdo en qué momento se silenciaron los pasos de la arena, envueltos en la pausa del cangrejo.
 


II
 
En una multitud de realidades no se distingue la dimensión de las puertas. Al deteriorar la imagen, surgen detalles que escapan al universo de líneas. No es sólo un círculo rojo.  En él está la lluvia de sonidos, tejida por el azar de las formas. Siempre lo olvido, fragmentos narrativos se articulan a la linealidad de imágenes borradas en la hoja.
 


III

Un frame simbólico dibujado en una creatura que busca sus propios ojos. Se busca entender la realidad entre la distorsión, entre el daño de un video-arte restringido. Otra vaga resolución del concepto, irrealidades, desintegración de la percepción. En todos los lugares del infinito, continuidades, desmemoria. No se trata de lo indiscernible.
 


IV

Otra imagen sobre la que la sombra de mis manos repite el instante, pero en la que el sonido avanza con diferentes voces y la misma palabra fragmentada. Las manchas de pintura en la retina interrumpen la transición entre los segundos, volátil, bucle infinito.

 

jueves, 6 de junio de 2013

Rumores comunes*

     



                                    I

   Sobre el valle donde el viento canta su melodía circular
   Y los árboles responden con el seco aplauso de las hojas-
   era demasiado

y los días se descomponían como estaciones
más allá de los cristales
hojas de lluvia, un rostro, una nube, este poema

        para qué me late el corazón
        porqué mi cuerpo no echa raíces.


                                  II

Pero si alguien tiene por la noche exceso de
       musgo en las sienes,
La oruga es una trabajadora infatigable,
como si solo en otros lugares se agitaran los mares
y desgarraran las orillas de los horizontes.

Laberinto del otoño tardío.
En la entrada del bosque, tirada una botella vacía.
          porque el tuétano del bosque penetrará por las
                rendijas
          para dejar en vuestra carne una leve huella de
                 eclipse


                                III

El arroyo congelado brilla y calla.
Las sombras yacen aquí profundamente,
sin voz.

      y yo habría abandonado
      otro nido,
      o me habría arrastrado cubierta de escamas
      de debajo de algún árbol.


                                   IV

Abres la puerta que era tu escudo,
Y sales para adentrarte en el tumulto del viento
Y entre borrosos tatuajes de la luz que estropean el suelo.

     Pero aún rige el sueño del invierno estival.
     En la distancia, rumor de aguas. En el árbol oscuro,

     una hoja que se da la vuelta.

Sigue el ejemplo de sus árboles: el crecimiento en la vejez,
            porque el tiempo
lejos de enajenarse de la eternidad de sí mismo
es con Monet -el manchado de sombras luminosas-.




Este ejercicio surge de la inquietud por la relación de la poesía contemporánea con la naturaleza, por esto se eligieron fragmentos de varios poemas de una selección de poesía del curso “Literaturas Contemporáneas” de la Universidad Nacional de Colombia, para conformar un poema. Se busca una asociación de ideas y una lectura conjunta de interpretaciones similares que pueden tener estos fragmentos en el contexto de sus poemas originales y fundir en una sola voz poética, las preocupaciones, motivos etc, que varios poetas expresen alrededor de la naturaleza. Entre los poetas escogidos están Wislawa Szymborska, Enrique Lihn, Federico García Lorca, Tomas Transtromer, Mark Strand y Breyten Breytenbach.